Paseando hoy por la conocida "Milla de Oro" madrileña que compone principalmente la Calle Serrano en el Barrio de Salamanca me he ido fijando en que en todas las tiendas de lujo hay una dependienta asiática. Este es un signo plausible de cómo las empresas se adaptan a la demanda de sus clientes. Por los visto los chinos tendrán un régimen comunista pero son capaces de gastarse lo que no está escrito en ropa y artículos de lujo mientras se hacen un par de fotos.
Joyería Suárez, Hermes, Dior, Prada, Gucci, Carolina Herrera, Chanel... TODAS! Conocedoras de que los españoles estamos "a dos velas" han optado por aprovechar el turismo que pasea por la capital y hacerles que se sientan como en casa. Hablan su idioma, piensan igual, tienen la misma forma de interpretar la moda... Si yo fuera a París y me encontrara a un español de vendedor en una tienda, probablemente me animaría a comprar porque me entiende, me informa, me da su opinión... Y lo más importante, entiendo lo que me dice.
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